Una decisión consciente
Nunca es tarde para cumplir los sueños y materializar el anhelo de hacer familia, pero ¿qué ocurre cuando esa carrera hacia la maternidad se inicia contra reloj biológico? Carolina Ortega, PhD y Ginecóloga Especialista en Medicina Reproductiva de la Clínica Monteblanco responde.
¿Por qué las mujeres están siendo mamás a mayor edad?
A nivel mundial, cambiaron las prioridades y las mujeres estamos postergando cada vez más la maternidad, con objeto de tener una mejor proyección personal y/o profesional, o esperar a la pareja “adecuada”. Esto hace que busquemos embarazarnos tardíamente y no justamente en la edad que biológicamente estamos hechas para ser mamás a diferencia de lo que ocurría en la época de nuestras abuelas, donde el primer hijo nacía entre los 15 y 20 años y ya a los 25 la mayoría podía estar cerrando la familia. Actualmente, la mujer tiende a concebir hacia los 35 años y varias lo hacen sobre las cuatro décadas.
¿Cuál es la mejor edad biológica para concebir?
En el rango entre los 20 y 35 años. A partir de esta edad, comienza a descender la curva de fertilidad femenina.
Para que las personas se hagan una idea, si la pareja no presenta patologías de base en el peak de su edad fértil, tiene entre un 20 y 25% de probabilidades de embarazarse en un mes, pero esa cifra baja a un 10% a los 40 y a sólo un 2% a los 45 años. Y es que hay que considerar que las mujeres somos -por así decirlo- una máquina constante de pérdida de óvulos, ya que formamos éstos únicamente cuando somos fetos en el útero materno, teniendo en ese momento 7 millones de huevitos aproximadamente. Ellos se reducen a alrededor de 1 millón al nacer y siguen disminuyendo con el paso de los años, iniciando la etapa fértil con la mitad de éstos al instante de la primera regla. Entonces, es un período muy corto para el uso real de los óvulos y a medida que aumenta la edad, disminuye la oportunidad de fecundación.
¿Qué repercusiones trae aparejado el retraso en esta decisión?
Si bien hoy en día una mujer de 40 años luce como de 30, la edad del ovario continúa siendo la misma, por lo que quien quiera ser mamá post 35 años, debe saber que no es tan fácil embarazarse y que a medida que transcurre el tiempo aumentan los riesgos de sufrir, por ejemplo, presión alta durante el embarazo o preeclampsia, presentar diabetes gestacional, o derivar en un parto prematuro.
A mayor edad materna, es más difícil desarrollar un embrión euploide (es decir sin alteraciones cromosomicas), por lo tanto, se incrementa el riesgo de abortos espontáneos.
El retraso en la maternidad ha hecho que cada vez más parejas recurran a técnicas de reproducción asistida. Esta especialidad de la ginecología ha logrado ayudar a mujeres y parejas de mayor edad, pues usando este tipo de técnicas se pueden estudiar los embriones cromosomicamente y permitir así concebir, gestar y llevar a casa a un recién nacido.
Además, es esencial tener una vida equilibrada, saludable y seguir las recomendaciones prenatales.
¿Cuándo conviene consultar para determinar si existen problemas de fertilidad?
Lo primordial es la edad materna. Si no existe ninguna sospecha de infertilidad femenina o masculina, en mujeres menores de 35 años, los especialistas sugerimos exponerse a embarazo durante 1 año. A partir de los 35 años, ese período de exposición se acorta a 6 meses. Pasado este tiempo, se recomienda consulta al especialista en fertilidad. En mujeres sobre cuatro décadas se sugiere consultar de forma inmediata.
Alternativas para aumentar las probabilidades:
Lo principal es consultar prematuramente con especialistas en fertilidad, para que éstos evalúen a la pareja en su totalidad. En mujeres sobre 40 años, se aconseja el tratamiento in-vitro o de alta complejidad, ya que se pueden estudiar los embriones desde el punto de vista cromosómico y aumentar así las posibilidades de embarazo. Otra alternativa es la ovodonación, que utiliza óvulos de mujeres de menor edad y con mejor capacidad de fecundación.
Beneficios de ser mamá a mayor edad | |
- La mujer desea ser madre y sigue conscientemente este camino.
- Tiene estabilidad psicoemocional y económica.
- Lleva una vida más sana, resuelta y pausada.
- Es más paciente y empática con sus hijos.
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En primera persona | |
Carolina Moya, periodista, y quien tuvo a su hijo a los 40 años, cuenta su experiencia: “Ser mamá a esa edad trae como beneficios tener la madurez y tranquilidad suficientes para abocarse a la crianza… Darle la justa intensidad a las enfermedades, caídas y complicaciones propias de la infancia, además de contar con una amplia red de apoyo y amigas generosas que te aportan con sus valiosos datos y tips (…). ¿La desventaja? Tener menos capacidad física y energética”. | |