No hay nada más natural que observar a una madre/padre masajear a su bebé. El masaje Shantala es una técnica de origen ayurvédico descubierta por el doctor francés F. Leboyer en uno de sus viajes a la India. Después de observar cómo una madre -llamada Shantala- masajeaba a su bebé, de inmediato Leboyer decidió importar esta técnica a Occidente, debido a sus múltiples beneficios en el desarrollo psíquico y físico de los bebés.

A través del masaje, el bebé se siente tan seguro y protegido como cuando estaba en el vientre de la madre. Para Catalina Verdugo, Educadora en Masaje Infantil, “el órgano más grande del cuerpo humano es la piel. El masaje relaciona al bebé con el medio exterior, dándole seguridad, tranquilidad, potencia su nivel de apego y de contacto físico. Sin duda, mejora el vínculo para un desarrollo psíquico positivo”, comenta la profesional.

Sus beneficios
-Mejora el desarrollo sensoriomotor y psicológico.
-Aumenta el tono, la fuerza y la flexibilidad de los músculos y articulaciones.
-Regula el metabolismo.
-Mejora la atención.
-Facilita la maduración del aparato respiratorio y digestivo.
-Aumenta el contacto afectivo entre el bebé y la madre / padre.

Sigue los pasos del masaje shantala

Coloca al bebé boca arriba encima de una toalla. Unta tus palmas con aceite vegetal, un elemento hipoalergénico para su piel, y procede a masajear la planta de sus pies, el empeine, cada dedito por separado y los tobillos. De esta manera, trabajarás el desarrollo óseo del pequeño mientras éste conoce cada parte de sus extremidades inferiores.

Masaje las piernas de tu bebé, con movimientos de arriba abajo, desde los muslos hasta los tobillos. Esto favorecerá su circulación sanguínea y estimularás su crecimiento óseo.

El masaje en la zona estomacal es uno de los pasos más importantes para evitar la acumulación de los incómodos gases y previene el estreñimiento.

Continúa por el centro del pecho, haciendo movimientos primero hacia un hombro y luego hacia el otro, así fomentarás el desarrollo del sistema respiratorio del bebé y evitarás que se acumule secreciones.

Masajea sus bracitos de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo.

Al igual que sus pies, masajea sus manitos, las palmas y cada dedo por separado, estimulando el tacto en ellas.

¡Llegó la hora de la espalda! Coloca al bebé boca abajo. Realiza movimientos que vayan desde el cuello hasta las nalgas del bebé o desde el cuello hasta el final de las piernas. Fortalecerás los músculos de la espalda y favorecerás el control de cabeza del pequeño.

Para finalizar, puedes utilizar una pelota suave de goma para acariciar todo el cuerpo del pequeño, estimulando al máximo su sentido del tacto.

Esta nota fue realizada en colaboración con Catalina Verdugo, Educadora en Masaje Infantil