Ayuno intermitente: Una alternativa para estar bien
Mark Twain, el famoso escritor estadounidense, decía que “un poco de ayuno puede hacer mucho más que la mejor medicina y el mejor doctor”, por algo esta práctica lleva realizándose hace siglos y ya desde la antigua Grecia reconocidos filósofos, pensadores y médicos destacaban sus efectos terapéuticos. No por nada Hipócrates, Platón, Sócrates, Aristóteles y Galeno elogiaban sus propiedades al momento de prevenir enfermedades o revitalizar la mente y el cuerpo.
Pero ¿qué es este concepto y cómo funciona? Implica estar sin ingerir alimentos, bebidas o ambas cosas durante un tiempo determinado, siendo el más común la versión intermitente, que promueve la restricción alimentaria por día o semana y donde la premisa de cuándo comer se transforma en la base para obtener resultados.
Tal y como detalla Jésica Quintero, Nutricionista con Postítulo en Nutrición Pediátrica y Alergias Alimentarias en el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile: “El ayuno intermitente es un patrón de alimentación que incluye ciclos de restricción alimentaria de al menos 12 horas y no más de 36, esperándose que en ese lapso se produzcan una serie reacciones fisiológicas, por ejemplo, de 0 a 3 horas los niveles de glucosa e insulina aumentan y se activan las vías anabólicas, que almacenan glucógeno y triglicéridos como tejido adiposo. Transcurrido ese período empieza a bajar la insulina, se usa la glucosa almacenada como glucógeno y se equilibra la glucemia a nivel basal. Llegada las 12 horas de ayuno, se inicia la producción de beta-hidroxibutirato (BHB), un cuerpo cetónico de combustión de ácidos grasos que -entre otros aportes- mejora la sensibilidad a la insulina, incrementa la termogénesis de la grasa y provoca efectos positivos en el sistema inmunológico”.
La importancia de asesorarse
Para seguir este modelo alimenticio de forma efectiva y segura, Jésica Quintero sugiere consultar previamente a un especialista, con el propósito de que éste efectúe los exámenes de laboratorio correspondientes y adapte el plan a las necesidades y objetivos del paciente. Si de restricciones se trata, no pueden hacer este programa aquellas mujeres que estén embarazadas o en período de lactancia, niños y adolescentes, para no interferir en su etapa de crecimiento, ni personas que presenten trastornos alimentarios; se inyecten insulina y consumen hipoglucemiantes.
Beneficios de su práctica
- Estudios sostienen que seguir esta forma de alimentación podría estar vinculado con menores tasas de enfermedades coronarias, pues su práctica disminuye los niveles sanguíneos de colesterol LDL, triglicéridos y proteína C reactiva.
- Convertir este plan en un hábito podría servir para adelgazar, al reducir la ingesta de calorías diarias.
- Su seguimiento podría contribuir a bajar los indicadores de inflamación del organismo y generar, además, efectos positivos sobre la plasticidad neuronal.
Los más comunes
- Ayuno por 12 horas: este plan es ideal para principiantes, pues gran parte de la restricción alimentaria se realiza durante las horas de sueño.
- 16:8: equivale a 16 horas de ayuno y 8 horas donde se distribuye la alimentación. Por lo general, se salta el desayuno y la primera comida se inicia a las 10 de la mañana terminando a las 18 horas.
- 5:2: durante 2 días a la semana se reduce la ingesta de calorías al máximo, es decir, 500 a 600 calorías, y los otros 5 se ingiere alimento normalmente.
¿Dieta o estilo de vida? |
Durante las horas de ayuno, ¡mantente siempre hidratada! Bebe agua en abundancia, café sin azúcar, té o infusiones de hierbas. Si las ansias de comer son excesivas, cálmalas tomando un caldo de verduras casero. Para conservarte en forma siempre, aliméntate balanceadamente. Sigue, por ejemplo, el “método del plato” sugerido por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, que establece las proporciones por grupo de alimentos a consumir a diario. |
Infórmate antes de comenzar |
Conoce los pormenores de esta tendencia, leyendo algunos de los siguientes libros.
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Acorde a una investigación publicada por la revista BMJ Case Reports, el ayuno podría contribuir a bajar el nivel de azúcar en la sangre, previniendo la diabetes.
Según un estudio efectuado por Mark Mattson, Profesor de neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos, el ayuno intermitente tiene numerosas ventajas para el organismo, entre las cuales se destacan alargar la vida, retardando la oxidación celular.