Salcobrand marzo , 2021
La salud digestiva es uno de los temas que suele preocupar a las personas, ya que la sintomatología de diversas enfermedades, como el síndrome de colon irritable, nos puede afectar en nuestra rutina de alimentación y estilo de vida. El estrés diario es uno de los grandes causantes de problemas digestivos y de compromiso del sistema inmune.
Hoy en día, que estamos viviendo en medio de una pandemia, muchas de las actividades diarias de nuestra vida han ido cambiando, comenzando por el hecho de la limitante de salir y que muchas personas pasan la mayor parte de su tiempo en el hogar, teniendo que reestructurar la rutina, lo cual en varios casos ha llevado a dejar de lado la salud y los hábitos saludables como la alimentación y la práctica de ejercicio.
La microbiota intestinal, o también conocida como flora intestinal, es un conjunto de bacterias que forma un ecosistema a lo largo de nuestro tracto intestinal. Esta se forma y coloniza en el momento que nacemos, aunque diversos estudios señalan que también puede colonizarse de madre a hijo por medio de la barrera placentaria.
A lo largo de los años ha ido cobrando gran importancia su conocimiento y estudio, ya que se ha evidenciado su rol esencial en la salud de las personas, ya que sus principales funciones son en el metabolismo de nutrientes y la protección del sistema inmunológico.
¿Cómo cuidar nuestra microbiota?
Para mantener en buen equilibrio nuestra microbiota intestinal es necesario consumir una dieta rica en nutrientes, no obstante, si esto no es suficiente nos podemos apoyar en los conocidos probióticos.
Los probióticos, son bacterias que viven en nuestro tracto gastrointestinal de forma natural y que cuando se administran en cantidades adecuadas otorgan un beneficio para la salud. Una de sus principales funciones es defendernos de los distintos invasores, pues estimulan la producción de anticuerpos y refuerza el sistema inmune.
El incremento de las bacterias amistosas, como los lactobacilos o bifidobacterias, se logra mediante la ingesta de alimentos que contienen probióticos, como el yogur y el chucrut o también a través de suplementos.
Diversos estudios han demostrado la eficacia de los probióticos en la prevención y disminución en el tiempo de las diarreas agudas en adultos y niños (como en aquellas asociadas a antibióticos, rotavirus o norovirus).
Así también se cree que estas bacterias ayudan con el síndrome de colon irritable, estreñimiento, enfermedad de Crohn, desórdenes inmunológicos, gripe y también en la reducción del riesgo de cáncer de colon. Además, los probióticos han demostrado efectos beneficiosos en la intolerancia de la lactosa, en la mejora de absorción de calcio y en la reducción de la extensión y síntomas de la alergia alimentaria, entre otras cosas.
Para que los probióticos tengan el efecto deseado, deben consumirse de manera regular y sostenida en el tiempo, pues una vez que se suspende su ingesta, desaparece el efecto.
También es importante considerar que el efecto beneficioso de los probióticos se puede ver potenciado gracias al consumo de prebióticos, como la fibra, ya que estos constituyen parte de la alimentación de los microorganismos de la flora intestinal, contribuyendo a su crecimiento y mantención.
¡Tu salud es lo más importante!
Por Daniela Valdebenito