Salcobrand febrero , 2022
Los cambios de temperatura y el contacto excesivo con medios acuáticos pueden causar sinusitis y otitis en niños y adultos. Para prevenir su ocurrencia, identifica las causas y principales síntomas de estas dolencias.
La época estival es sinónimo de piscina, playa y la utilización indiscriminada de cualquier artefacto eléctrico que contribuya a sortear el calor, pero ¿qué enfermedades se pueden generar a partir de estas ansias de refrescar el cuerpo? Al menos dos: sinusitis y otitis externa de nadador.
La primera, que es bastante común, se produce a consecuencia del uso de equipos de climatización, o también como respuesta a exponerse a cambios bruscos de temperatura.
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Y es que transitar de un ambiente caluroso a otro excesivamente acondicionado o fresco puede mermar la salud, pues el aire frío y sin humedad influye en la movilidad de los cilios, esos “pelitos” que eliminan el polvo y los residuos que ingresan por la nariz al resto del aparato respiratorio, congestionándolo y generando sinusitis, una afección que consiste en la hinchazón del tejido mucoso que recubre los senos paranasales, provocada como consecuencia de una infección por virus, hongos o bacterias; a raíz de alérgenos o anomalías anatómicas. ¿La sintomatología? Secreción y congestión nasal, la pérdida parcial o total del sentido del olfato, fatiga generalizada, dolor de cabeza, fiebre e, incluso, sensibilidad maxilofacial, o detrás de la cavidad ocular.
ACORDE A VARIAS INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS, ENTRE EL 80 Y 85% DE LAS OTITIS DE VERANO SE PROVOCAN COMO CONSECUENCIA DE LA ACUMULACIÓN DE AGUA EN ESTA ZONA, CONVIRTIÉNDOSE EN EL CALDO DE CULTIVO PERFECTO PARA EL CRECIMIENTO DE PATÓGENOS Y LA INFLAMACIÓN DEL CONDUCTO AUDITIVO EXTERNO.
Cómo prevenir su ocurrencia
Atenta a la higiene y el tiempo de inmersión
Pero la época estival también puede provocar otitis externa, también conocida como “oído de nadador”, debido a la cantidad de horas que las personas pasan inmersas en la piscina, el lago, el río o el mar… Una enfermedad de naturaleza infecciosa que ocurre en el conducto auditivo y en condiciones de alta humedad y temperatura y que suele originarse al no secarse bien los oídos tras nadar, creando un entorno propicio para la proliferación de hongos y bacterias. ¿Los síntomas más comunes? Enrojecimiento del contorno de la oreja, sensación de calor, secreción, y, lo más característico, ¡dolor!
Así, la población más vulnerable a esta molestia suelen ser los niños, ya que sus trompas de Eustaquio son más cortas, dejando que los gérmenes ingresen con mayor facilidad a este órgano, siendo más frecuente esta patología en menores de entre 5 y 12 años.
Anticípate al problema
Para prevenir la otitis, sigue estos consejos: