Salcobrand abril , 2020
Cuando un virus entra en nuestro cuerpo se activan diferentes mecanismos para identificarlo y eliminarlo. De esta manera, nuestro organismo se defiende y es capaz de protegernos ante infecciones graves que podrían poner en riesgo nuestra salud.
El sistema defensivo humano tiene dos niveles de inmunidad: específica y no específica. A través de la inmunidad no específica (innata), el organismo se protege contra los cuerpos extraños que se presentan como dañinos para la salud. Estos agentes patógenos pueden llegar a provocar enfermedades graves.
Por otro lado, la inmunidad específica permite una respuesta dirigida en contra de un elemento perjudicial, esto gracias a los linfocitos que son vitales para la respuesta inmunológica del cuerpo, además de todos los otros glóbulos blancos presentes en nuestro organismo.
Y como nuestro cuerpo es el reflejo de nuestro interior, es vital potenciar y desarrollar una barrera de defensas, en donde los alimentos y nuestro sistema digestivo tienen un papel muy importante. “Nuestro intestino es partícipe de al menos el 70% de nuestra inmunidad, el cual está compuesto por millones de microorganismos que mantienen nuestra microbiota sana y defienden a nuestro cuerpo de enfermedades. La respuesta fisiológica a esta amenaza externa o infección, es la inflamación que al volverse crónica, lo deprime y debilita”, así lo explica la experta en medicina holística e integrativa, Maricarmen Orozco Fuentes.
Para apoyar y fortalecer nuestro sistema inmune es importante considerar alimentos, hierbas y especias que fácilmente podemos incorporar en nuestra vida diaria y que son fuentes naturales para reforzarlo.
Las recomendaciones de nuestra especialista integrativa son:
– Integrar a la dieta vegetales en general. Estos aportan fibra, antioxidantes y lecitinas, especialmente los crucíferos como coliflor, repollo y brócoli, reconocidos por potenciar nuestro sistema defensivo.
– Consumir frutas de estación, especialmente las ricas en vitamina C como limones, naranjas y kiwis.
– Cereales como quínoa, amaranto, arroz integral y avena.
– Especias como la cúrcuma, jengibre, pimienta y orégano.
– Frutos secos, especialmente almendras y nueces.
– Semillas de linaza o chía, fuentes de omega 3 y 6.
– Hierbas como la ortiga, el diente de león, árnica y la echinacea (previenen la inflamación y promueven la desintoxicación del cuerpo, sin deshidratarlo).
Recuerda que un organismo fortalecido, equilibrado y sano es la clave para sobrellevar cualquier enfermedad. Tu cuerpo trabaja para ti y por ti, y a través de estas sencillas recomendaciones pueden ayudarlo a mejorar y sostener la salud.
Bonus para subir las defensas en este invierno
¿Sabías qué la quiropráctica te puede ayudar a que tu cuerpo funcione en su máximo potencial? Su espacio de trabajo es la columna vertebral, donde se sitúa el sistema nervioso, el cual está íntimamente relacionado con el sistema inmune.
Es indiscutible que los factores de riesgo a los que nos exponemos diariamente son muy altos. “A los ya conocidos estresores emocionales (cansancio, estados anímicos) y químicos (alimentación, medicamentos) se suman una serie de estresores físicos que pueden generar interferencias en el sistema nervioso que afecten negativamente nuestra salud”, enfatizó la quiropráctica Yosselin Pérez.
Para Yosselin lo principal es asegurarse que la conexión entre el sistema nervioso el sistema inmune esté en su máximo potencial, ya que es uno de los primeros pasos para estar sano. Además, el quiropráctico justamente se enfoca en mantener el sistema nervioso en su óptimo funcionamiento. “De esta forma permitimos al cuerpo volver a un estado normal de descanso sano y nos convertimos en malos huéspedes para los virus y agentes externos, por lo tanto nos enfermamos menos, o al menos, no presentamos tantos síntomas”, explica la experta.
Por otra parte, es importante recordar que los quiroprácticos no son una profesión de urgencia. No actúan desde la reacción, sino desde la prevención.
Para mantener un sistema inmune trabajando al 100%, es fundamental el chequeo constante de la columna vertebral. “Así funciona a su máximo potencial el sistema nervioso, y como cadena, el sistema inmune funciona como corresponde”, nos recuerda la quiropráctica. El organismo tiene que estar preparado para defenderse y funcionar bien frente a cualquier patógeno externo.
Por Daniela Valdebenito