Salcobrand enero , 2018
No debemos olvidar que algunos niños evitan el agua por distintos motivos, desde dificultades sensoriales, hasta haber vivido episodios desagradables durante el baño, o incluso, haber visto a alguien que no lo pasaba bien en el agua.
Es importante entender que los niños -a diferencia de los adultos- van a estar mucho más conectados con sus necesidades y sensaciones, entonces convencerlos no será tarea fácil. Es una mejor opción motivarlos, respetar sus ritmos y jamás obligarlos a entrar al agua o llevarlos a la fuerza porque esto generaría lo contrario de lo que queremos realmente.
1.Respeta sus ritmos
Todos los niños son diferentes, incluso entre hermanos. Algunos serán más precavidos, otros más osados. Si quieres que tus hijos sean respetuosos consigo mismos y se cuiden, debes partir respetando sus ritmos. Si bien, todas queremos que nuestros hijos disfruten del agua o naden, es importante revisar sus miedos o aprehensiones en vez de obligarlos.
2.La forma del agua
La manera en la que se relacionen con el agua y el cuidado que tengan tendrá que ver con lo que ha observado a su alrededor. Por eso debemos partir por generar una rutina antes de entrar en una piscina: siempre poner bloqueador solar para cuidar la piel, poner flotador respectivo y acorde a su edad, esperar y luego disfrutar del agua. Si lo hacemos así desde pequeños, es menos probable que se lancen a una piscina sin supervisión.
3.Amor por el juego
Si quieres que tus hijos por primera vez entren en contacto relajado con el agua, hay que partir por lo básico: antes de invitarlos a sumergirse, déjalos que jueguen con objetos en la parte más baja y que se lancen agua para que sientan esta atracción natural por sumergirse.
4.¡Comparte!
Cuando sientas que está tranquilo en el agua, acompáñalo y enséñale a flotar. Si no podemos, es buena idea que tomen un curso. Durante el verano son muchos los instructores que dan lecciones de nado y es una tranquilidad que los niños puedan aprender ante una emergencia. ¡Podría salvarles la vida!
5.Independencia en el agua
Si tu hijo ya sabe flotar, es buena idea darles autonomía. Vigila desde cerca, pero dándole espacio para que se desenvuelva y ensaye.
6.Nuevos desafíos
Invítalo a practicar algún deporte acuático. El deporte no solo ayuda a potenciar la disciplina y el trabajo en equipo, sino también a manejar la frustración y aumentar las endorfinas. Elige uno apropiado para él.
7.Ética de vida
Enséñale a respetar a los demás y a sí mismo, ¡mucho más en el agua!. Evita piqueros y bombitas en lugares no señalizados, o bien, juegos bruscos que asusten a los más chicos.
8.Precaución, ante todo
Toma resguardo cuando vayas a un lugar donde hay piscina. La idea es estar siempre pendiente de tus hijos.
9.¿Piscina en casa?
Si tienes piscina en tu casa procura instalar reja de seguridad y sensores. Existen alarmas que se activan cuando algo cae al agua y son muy efectivas. Ten estas consideraciones siempre, porque nunca sabrás si a tu casa irán personas con pequeños que puedan caer. Los accidentes ocurren cuando menos los esperamos.
10.Buenas prácticas
Inculca a tus hijos valores adecuados acerca de la relación saludable con el agua. Por ejemplo, que jamás mezclen mar o piscina con alcohol. Y por supuesto, invítalos a aprender primeros auxilios como una herramienta vital para enfrentar una emergencia.
¿A tus hijos les gusta nadar? ¿Cómo los cuidas?
Esta nota fue realizada en colaboración con Varinia Signorelli, psicóloga profesional UNAB