Salcobrand junio , 2021
¿Cansada de bailar al compás de la vorágine?... Si quieres aprender a enfrentar el mundo de forma más pausada y consciente, conoce los beneficios de vivir en “modalidad lenta”.
Hoy más que nunca es momento de detenerse y sopesar prioridades, porque como dijo alguna vez Carl Honoré –uno de los líderes del movimiento slow– estamos corriendo por la vida en vez de disfrutarla.
Sentimiento que se ha exacerbado en este último tiempo, ya que tal y como señala la Neuropsicóloga Alejandra Escandón*, “la salud mental y su cuidado están formando parte activa de esta nueva pandemia, pues la prevalencia de sintomatología depresiva, ansiosa y de estrés ha explotado a partir de 2020, arrastrando consecuencias que recién conoceremos en las próximas décadas”. Por lo mismo, agrega que “bajar el ritmo de vida, exigencia y sobreexcitación constante servirá para enfrentar de mejor manera estos tiempos”.
Y es que como cuenta la profesional, “el estrés se activa en nuestro cuerpo y cerebro como respuesta de alerta a algo que altera nuestras funciones básicas. Está pensado evolutivamente como parte de la supervivencia y no cada vez que alguien nos toca la bocina o nuestro jefe exige la entrega rápida de un informe… Evolutivamente hemos retrocedido como especie y dejado entrar en nuestra vida estresores que afectan nuestra existencia. Eventos que desencadenan avisos de peligro permanente, a los cuales el cerebro reacciona, aprendiendo crónicamente a responder y sobreadaptarse”.
¿Entonces por qué vale la pena bajar la marcha? Porque como responde Alejandra Escandón, “nunca es demasiado tarde y podemos desaprender a estresarnos y filtrar lo que realmente es amenazante… Vivir de forma consciente, plena y equilibrada sí se puede, por algo diversos estudios demuestran que hacer pausas mentales y físicas mejoran el estado de ánimo, la higiene del sueño y el bienestar en general”.
Una forma de ser
Esta verdadera filosofía de vida propone la desaceleración del ritmo y el desarrollo integral de las personas con actividades que equilibren su cuerpo, mente y espíritu. ¿Cómo lograrlo? Valorando las pequeñas cosas, incitando a la meditación y aprovechando al máximo los momentos de desconexión. De esta manera, aspectos como el descanso, la comunicación, la alimentación sana y el cuidado de las relaciones interpersonales alcanzan un mayor nivel de conciencia y gratitud.
Dónde surgió
Esta tendencia nació en Italia en los años 80 como una cruzada contra la comida rápida, luego amplió su espectro a rubros tan diversos como la decoración, el vestuario o la ecología, transformándose en una nueva forma de mirar y experimentar el mundo.
Aquí y ahora
Alejandra Escandón, Directora del Centro Andes Neurofeedback te entrega las claves para aprender a vivir en tiempo presente.
– Comer sano y consciente. Disfrutar cada bocado observando sus colores, olores y sabores…
– Hacer yoga o buscar ejercicios que te enseñen a respirar, aumentará tu resiliencia frente a estímulos estresores.
– Darte tiempo para ti programando tu agenda, te permitirá tener tiempos de ocio.
– Cuidar tu higiene del sueño y usar menos pantallas estabilizará tus niveles de melatonina.
* Alejandra Escandón es Neuropsicóloga MA-BCN Cornell University y
Directora del Centro Andes Neurofeedback (www.andesneurofeedback.com).
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