Sabemos que cada etapa de la vida tiene algo especial, y en Salcobrand queremos estar presentes, incluso para aquellos que viven fuera del continente. Porque estamos juntos en todas, sorprendimos a 3 jóvenes que se encuentran viviendo una nueva etapa lejos de su familia, con un regalo muy especial.

Génesis Ríos, 19 años. (Técnico en control del medio ambiente, Universidad Federico Santa María)

Para Génesis salir de la isla e ir a estudiar al continente ha sido todo un desafío, sobre todo el contraste entre una vida de pueblo versus una nueva ciudad donde los días pasan demasiado rápido. “A pesar de que vivimos en una isla que queda más cerca del continente que Rapa Nui, la falta de conectividad en Robinson Crusoe nos afecta”, comenta. Y es que debido al clima y la poca disponibilidad de pasajes, es muy difícil para los estudiantes viajar a la isla. Incluso a veces conectarse con sus familiares vía internet o redes telefónicas es imposible. ¡Pero siempre se puede buscar una tercera vía! Porque cuando se trata de preocupación, el amor y los cuidados de una familia viajan a distancia y también sus tres productos preferidos.

Katherine López, 21 años. (Ingeniería Ambiental, Universidad de Valparaíso)

Hace 11 años Katherine se trasladó al continente a estudiar su educación media con el apoyo de toda su familia. Esa fuerza fue más que suficiente para impulsarla a continuar su vida profesional en la Universidad de Valparaíso, mientras su hija vive con sus padres en Robinson Crusoe. Un sacrificio que Katherine sabe tendrá maravillosos frutos. Sí, porque no hay día en el que Katherine no extrañe su tierra. “Es algo que me perturba, siempre tengo ganas de volver, pero con el pasar de los años me doy cuenta de que todo valdrá la pena. Ya estoy a punto de egresar y quiero ejercer mi profesión en la isla”, confiesa. Mientras, su familia le hace sentir todo su amor a través de un kit de regalo sorpresa con el sello Salcobrand.

Pablo Aguayo, 20 años. (Estudiante de Batería, Escuela Moderna de Música de Viña del Mar)

Amante de la música, Pablo lleva tres años viviendo en el continente, una experiencia difícil debido a la distancia de la familia y los seres queridos. “Tengo que esperar mucho tiempo para verlos nuevamente cada verano. Lo que más cuesta es cuando surge un problema y no tengo el apoyo de ellos o cuando toco en presentaciones y veo a todos los papás ver a sus hijos y los míos no pueden estar aquí. Son cosas que siento me hacen más fuerte y luchador. Algún día podré devolverles el favor que me han dado: criarme y dármelo todo”, dice Pablo, sorprendido con este kit enviado por su gente.