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El hígado: Principal fábrica del cuerpo

¿Sabías que el hígado era considerado el órgano central del cuerpo humano por los mesopotámicos, pues según ellos en éste confluían el alma y las emociones?  ¿O que Alejandro Magno, el célebre rey de Macedonia y uno de los mayores conquistadores del mundo antiguo, no daba un paso en sus batallas sin antes consultar a sus asesores en hepatoscopia, un estudio predictivo que, por medio del análisis de esta víscera de animales sacrificados a los dioses, enunciaba el porvenir?

Y es que este verdadero laboratorio interno es fundamental para el metabolismo y los sistemas inmunológico y digestivo, entre otros, realizando más de 500 funciones vitales que lo transforman en una máquina perfecta. Así, es el responsable -por ejemplo- de convertir los alimentos en energía, producir hormonas y proteínas, generar bilis para poder desdoblar y quemar las grasas en el intestino, purificar la sangre y la cantidad de ésta en su tránsito por el organismo.

Además, por si fuera poco, dentro de sus facultades están las de regenerarse y limpiarse a sí mismo.

Sindicado como el segundo órgano más grande después de la piel, su relevancia es tal, que los otros sistemas dependen de éste para su salud y correcto funcionamiento, por lo que es imprescindible mantenerlo en buen estado para evitar la aparición de una serie de enfermedades ligadas a éste, por ejemplo, hepatitis viral, esteatosis no alcohólica e, incluso, cáncer hepático.

La enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) se puede presentar en el 5% de los niños con peso normal o sobrepeso, incrementándose de manera significativa en caso de obesidad.

Una cifra en ascenso

La enfermedad del hígado graso no alcohólico se distingue por la acumulación excesiva de ácidos grasos y triglicéridos en las células hepáticas, derivando en ocasiones en un proceso inflamatorio de este órgano. Se suele denominar como una “afección silenciosa” porque no presenta síntomas evidentes y sólo a veces es acompañada por malestar general, dolor abdominal o sensación de pesadez tras ingerir comida. Aunque no se sabe a ciencia cierta su origen, la evidencia clínica sostiene que puede estar asociada a factores de riesgo como sobrepeso y obesidad, problemas de metabolismo, hipertensión arterial o, incluso, al síndrome ovario poliquístico. Una patología que actualmente afecta a casi 30% de la población en Chile versus un 25% a nivel mundial. ¿Las razones de estos índices? Los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo.

Volviendo al equilibrio

Para no sobrecargar al hígado, realiza ejercicio diariamente y sigue una dieta consciente y saludable. Por ejemplo, incrementa la ingesta de fibra y alimentos ricos en ácidos grasos Omega 3 y reduce el consumo de azúcares simples y grasas saturadas. Privilegia:

  • Las verduras de hojas verdes, oscuras y de sabor amargo, que permiten eliminar los metales pesados del organismo.
  • Los cítricos, que son abundantes en antioxidantes y ayudan al hígado a neutralizar los radicales libres.
  • Las frutas como manzanas, que ricas en pectina y ácido málico, facilitan la expulsión de toxinas corporales y previenen la aparición de piedras en hígado y riñones.
  • Los frutos secos como las nueces, que altas en Omega 3, facilitan la eliminación de amoniaco del cuerpo.
  • La cúrcuma, una especia con propiedades antiinflamatorias que promueve la evacuación de los desechos.

 

Más que un simple órgano
 Diversas investigaciones reafirman la importancia de esta víscera, recalcando, por ejemplo, su papel protagónico en el control y selección de las comidas. Así, un estudio llevado a cabo por Matthew Gillum, profesor de la Universidad de Copenhague y su equipo, reveló que este órgano intenta reducir el antojo de azúcar tras ingerir bebidas endulzadas. Mientras que un artículo aparecido en la revista Cell, estableció que el hígado es capaz de llevar un registro del tiempo del organismo, aumentando y reduciendo su volumen acorde al horario del día y los ritmos circadianos, es decir, los cambios físicos y de comportamiento experimentados a nivel corporal en un ciclo de 24 horas.