Actividades deportivas con los hijos
Muchas veces buscamos cómo motivarlos y tratar de ponernos en su lugar para alcanzar el objetivo de ser un modelo para ellos, pero a la vez potenciar sus habilidades.
Además de observarnos, los niños nos sienten, nos conocen desde toda su vida y de la misma manera que nosotros leemos lo que les pasa. Ellos saben qué disfrutamos y qué no. Por esta razón, los niños también nos motivan a sacar lo mejor de nosotros y a ponernos grandes metas y desafíos, crecer para ellos y ser mejor persona.
Para y por ellos
Hacer ejercicio en familia, motivarlos a hacer deporte en conjunto abrirá una ventana que no imaginas. Por un lado podrán mantenerse más saludable y tomar conciencia de su cuerpo. Por otro, se encontrarán en un ambiente distinto donde podrán conocerse y aprender de sí. El lenguaje único del deporte potencia las relaciones y nos une cuando lo realizamos con quienes queremos. De la misma manera aparece ese espíritu de equipo: si no puedes te espero; si se acabó tu hidratación te doy mi agua; si te caes, te levanto; modelo mi ritmo para acompañarte y todo eso hacia los niños y hacia nosotros, enriquece la relación. También, lo anterior fomenta la relaciones futuras, porque lo que ha aprendido en la familia se lo lleva en una mochila para sus experiencias futuras y relaciones fuera de casa: es lo mejor que podemos darles.
Correr la maratón implica haberse preparado para eso, el pensamiento ejecutivo se pone en juego al planear el paso a paso. Por otro lado, vamos a estar exigiendo al cuerpo, dar un poco más y por lo mismo nos prepararemos para que esté mejor. Cuidar el cuerpo ayuda a aprender del respeto hacia uno y hacia los otros para que respeten y se respeten entonces con todos los límites que esto conlleva, de la misma manera respetarán a los demás y a los requerimientos de su propio cuerpo.
Trabajo en equipo
Una carrera tiene mucho de adrenalina, de motivación, de trabajo en equipo aunque no lo parezca. ¿Por qué confío en las corridas previas que tuve con mi familia ensayando este gran evento?, Porque el ver a más personas corriendo hacia el mismo fin motiva y al llegar todos juntos compartimos la felicidad de haber cumplido con la meta y con mis objetivos. Asimismo, de no lograrlo, de no rendir como pensé, el estar como familia ahí para acompañar también motiva a intentarlo más veces, sin importar el desenlace sino por el solo hecho de participar y disfrutar en familia.
Las corridas familiares nos acercan a quienes somos. Cuando corremos nuestro cuerpo golpea contra el viento y todas nuestras células pueden sentirse, de la misma manera que las articulaciones trabajan. En fin es una forma de estimular de la propiocepción. Los niños necesitan sentir su cuerpo, conocer sus límites, saber qué se siente y cómo se siente en distintos contextos. Los niños aprenden en movimiento y una actividad que fomenta el movimiento al aire libre ayuda también a la concentración futura.
Correr y ejercitarse van de la mano con una vida sana, pero no es lo único. Las actividades familiares fomentan el vínculo entre padres e hijos, pero además, aleja a los niños de los videojuegos y el falso contacto que genera la tecnología, que al final nos hace sentir más solos. Cuando corremos en familia vamos a sentirnos acompañados, nos une el mismo fin, y nos encontramos en la misma meta.
¡Familia que hace deporte unida, se mantiene unida!
Esta nota fue realizada en colaboración con Varinia Signorelli, psicóloga profesional UNAB